domingo, 31 de marzo de 2013

¿Quiero?


No se como se llame este fragmento de sabe que, me lo encontré en Tumblr y me lo traje para acá porque me gusto.

Si se llegan a encontrar al amor de mi vida, por ahí en la calle, díganle que lo estoy esperando.


“Quiero tus brazos y quiero tu boca.
 Quiero tu pecho, 
quiero recargarme un rato y no escuchar nada, 
solo tus latidos, calmados, bajitos, hermosos. 

Tengo ganas de dormir un rato, 
quizás despertar dos siglos después y 
darme cuenta que sigues ahí, dormido conmigo. 

Quiero tener la sensación de que nada me falta, 
de que por fin estoy completa. 

No quiero la melancolía eterna, 
no quiero estas lagrimas que se escapan a cada rato. 
Quiero sentirlo todo, abrazarme a el infinito de estrellas que tienes en la piel. 
Quiero borrar el inicio del cuento y hacer otro, uno más bonito. 

Quiero tus brazos, quiero tu boca, quiero tu corazón.”

Fragmentos de no sé que… M.r.a 





sábado, 30 de marzo de 2013

Semana santa.

Un pequeño resumen de mi primera semana de vacaciones, mas bien, los últimos tres días =)

1.- Pase tiempo con mis hermanos, como en los viejos tiempos, almorzamos juntos, vimos películas y como solo hay tres controles para el wii, pues también nos enojamos.

2.- Hable con Susi (Mi hermana) hablamos como hacia años que no lo hacíamos, la extrañe mucho y lamento que haya durado tan poco.


4.- Deje atrás el orgullo y confié en las amistades que creía perdidas.

5.- Trabaje tres días de la semana, solo para gastar en la próxima salida con mi hermana.

6.- Ayer fuimos al centro a ver la procesión del silencio, no se vio nada, había demasiada gente, así que nos fuimos por un cafesito, me gusto, me sentía acompañada, y eso me gusta.

7.- Termine mi 7mo libro (El umbral) ya empece otro, por lo menos no estoy desperdiciando mis vacaciones.

8.- Susy volvió a romperme el corazón diciendo que conoció a alguien para mi y luego de hablar con el un rato, se enamora y me dice que... algún día me presentara a alguien. Ja ja ja Envidiosa.

9.- Y por ultimo.... ¡maneje el coche! fue mas facil de lo que imaginba pero aun asi, apenas me estoy recuperando de los nervios tan feos, fui y regrese a casa de mi abue, no atropelle a nadie y nadie me atropello a mi =)

10.- Me queda una semana.


miércoles, 27 de marzo de 2013

Sal con una chica que no lee

Creo que me falta enamorarme del protagonista de un libro ¿Sera que debo leer Crepúsculo? ¿O sera que debo cambiar el genero de mis libros favoritos? Porque enamorarse de asesinos, locos, policías,  zombies y uno que otro ser de otro mundo; pues no es algo que me atraiga mucho en el amor.

Y como ayer puse el de:  salir con una chica que lee, pues ahora tengo, sal con una chica que no lee.

Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela. 


Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta. 

Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe. 

Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar. 

Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato. 

Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida. 

Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza. 

No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. 

La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido.

Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio. 



Charles Warnke

martes, 26 de marzo de 2013

Sal con una chica que lee.



Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca. 

Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.

Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.

Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella. 

Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace. 

Por lo menos tiene que intentarlo.

Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo. 

Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos. 

¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo. 

Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.

Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.

Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.

Rosemarie Urquico

Seguro que me enamoro de quien se enamore de mi.


lunes, 25 de marzo de 2013

Quizá era un fantasma...

25 de marzo del 2013

Había pasado la mañana entera imaginando un encuentro, fue de muchas maneras, pasaba cuando chococabamos en la puerta, cuando salia del baño, cuando iba al baño, pasaba de mesa a mesa, con sonrisas y miradas, sé que me mentía, me mentía  a mi misma porque soy incapaz de sostener una mirada, pero daba igual, a fin de cuentas en los sueños todo se vale; y yo no me reprocho mis mentiras ¿deberia?

El sueño cayo por completo cuando alguien apareció detrás de mi  exigiendo atención, resulto que despues de verle, me di cuenta que no se parecia nada a la idea que ya tenia;  en ese momento cuando se debe responder a la pregunta: ¿Bailamos? me di cuenta que me pasaba la vida soñando, nada había salido ni un poco como lo soñé, no hubo sonrisas, ni halagos, me sentí tonta, me sentí muy mal al estar bailando con un tipo que nisiquiera me gustaba como olia, ja ja.

Era tarde, no podia haber mas oportunidades, mi sueño había sido eso, un sueño, sali de esa situacion como  se sale de esa situacion, diciendo: Voy al baño. Llegue del baño y tome mi lugar, a fin de cuentas las cosas habían salido como siempre, estaba yo ahi sola, sentada mientras todos los demas bailaban. Otra vez estaba ahi siendo yo, preguntadome porque acepte salir de mi casa un sábado por la noche.

Esperen un minuto...
Una mano en mi espalda ha traido un poco de esperanza...
-¿?
y entonces volvi a escuchar la pregunta...
-¿Bailamos?

Paso como lo habia soñando, de mesa a mesa, sin sostener miradas, sino al contrario esquivándolas, de pronto cuando menos acorde estaba tras de mi y bueno, si, me deje llevar y bailamos, pero el tiempo paso rapido y ya era tarde. Se acabo la magia, no podía durar mucho ¿acaso no sabia yo que en una disco no se encuentra el amor?

No acabo, aun no, no coman ansias, saben que terminara pronto pero aun no, todavia no...
-¿Me pasas tu numero?- me dijo
-Claro! - ¿Que mas podia hacer yo? si eso era lo que quería, no perder contacto con quien habia cambiado mi noche, mi rutina, mi yo.
-¿Y si te marco, me contestas?- me pregunto él.
-Ja ja ja, umm... si- conteste conteniendo cierta emoción.
-Te marco al rato- me prometió.

Y marco, ya se que eso es raro pero si marco, marco y yo estaba que me moria ¿de verdad marco o estoy soñando? no estaba soñando, no lo estaba. Y luego, a causa del ruido, mejor mensajes, mensajes porque esos se leen y ademas salen mas barato ja ja ja. Pero era tarde ya casi las cuatro y yo tenia sueño, definitivamente era un día muy diferente, así que me dormi y extrañamente me levante temprano como todos los domingos que papá esta en casa.

Luego, porque es imposible contarles secretos o pedir discresion a las hermanas menores, me avisaron llenas de emocion que tenia un mensaje, oh si, es quien creen que es, es el. Otra vez, esta vez para solo decir: Hola. Y yo deberia contestar, pero tenia que controlar mis emociones, mi sonrisa de tonta, mis sentimientos, tenia que calmarlos asi que deje pasar un rato, pero a la hora de responder no venia nada a mi cabeza, culpemos a la emocion, asi que solo dije: Ummm... Hola :)

¿Y que creen? se acabo la historia, porque ya no hubo mas mensajes, y esta bien, apenas ha pasado un dia sin noticias pero... ¿Acaso no estoy soñando?

Ya se que si...

Pero estoy bien, estoy bien.

domingo, 17 de marzo de 2013

Flores

Ayer me preguntaron si me gustan las flores... ¿Flores? o.O luego de meditarlo unos micro segundos que parecían minutos, dije que: ummm ¿si? creo que si.

Pero todavía pienso en eso porque mi mamá siempre me regaña por molestar sus plantas, pero es que, a veces me caen mal, mi mamá rara vez tiene flores en la casa porque siempre les pasa algo, a mi me gusta molestarlas, pero solo porque mi mama las quiere mucho y ¬¬ les dice cosas bonitas. Según eso, cuando les dices cosas feas se caen, como si se pusieran tristes.

Así que si veo plantas con lindas florecitas, me doy a la tarea de hacer experimentos, ¿Se ponen tristes las plantas?

Pero bueno, entonces, no se, creo que si me gustan las flores, pero, si me quieren regalar algo, no me regalen flores.

viernes, 8 de marzo de 2013

De conocer mas

Me acabo de bajar de la bicicleta, late mi corazón, necesito hacer mas ejercicio. Pero uff, se siente bien padre.

Hoy estoy muy feliz, la semana pasada abrieron en la biblioteca de la escuela un club de lectura, cuando vi el cartel me emocione mucho, luego me acorde de lo difícil que me resulta hablar en publico desconocido, luego averigüe de que iba el asunto, teníamos que llevar la reseña de nuestro libro, ¿reseña? ¿redactada? ¿para leerla? ¡Ay no! Así que pronto me deshice de la idea de ir al dichoso club de lectura.

Desde el miércoles mi maestro de psicología termino con mi paciencia para su clase tan aburrida, ayer me negué a participar en su clase, dije que no había estudiado. Hoy decidí faltar, me fui a la biblio a empezar con mi amado Stephen King. Estaba ahí yo leyendo cuando llega una señora muy amable y me pregunta si no me quiero unir a su club de lectura (¡Ya me había olvidado del club!) entonces me enseña el área de reunión, eran apenas como 6 silloncitos y se ilumino mi cara =D

Leímos un cuento de Juan Jose Arreola, pasamos a hablar de películas, de series, de Katzenbach, de Stephen King, de Carlos Fuentes, de las plantas, de poesía, de la mujer, reímos, ja ja. Fue divertido, y claro que mi color cambio, al menos así me sentía, pero me gustaba estar ahí, así que no salí corriendo.

La foto que me robe del facebook ü


Ya quiero que sea viernes otra vez. Me siento muy feliz, ya quería contarle a alguien todo lo que leía sin que me pusiera cara de... "ya cállate".




martes, 5 de marzo de 2013

Ya son 21

Primero pienso que los años pasan muy rapido, luego me doy cuenta de que no tanto, en realidad a veces siento que van lentos lentos, a paso de tortuga.

Hoy cumplo 21, me parecen muchos, apenas me hacia a la idea de tener 20 y ya me la cambiaron, la vida va cambiando cada vez mas, los amigos se van viendo mas claros y los sueños se ven muy cerca, tan cerca que con cualquier cosita ya siento que los alcanzo.

Y como siempre estamos con que no tenemos dinero, no me compraron pastel, aunque rara vez me han comprado uno, así que lo superare. El sábado iré por mi hermana a su trabajo y haré que me compre una rebanada de ese pastel de chocolate con fresas... umm yumi yumi.

Lo que mas me gusta de los cumpleaños son los abrazos, ahhh =D igual y lo que menos me gusta son los malos abrazos, esos que tienen sabor a puro compromiso por ser cumpleaños; lo bueno que de esos hay muy pocos.

¿Que metas le pondre a mis 21?

lunes, 4 de marzo de 2013

Pero ¿Que estaba pensando?

Creo que mi escuela es algo de lo que no hablo mucho por acá, así que empiezo contando que soy estudiante de una licenciatura en Matematica Educativa y !oh dios mio! todavia me falta la mitad. Y me pregunto cada día ¿Porque elegi esta carrera? las respuestas son rápidas, y es que me gustaban las matematicas y ademas me iba muy bien, no era algo en lo que batallara mucho, pero tampoco batallaba con las demás materias.

Últimamente pienso que debí escoger algo mas fácil, algo que se me de mejor, como leer, leer y hacer resumenes, entregar reportes y hacer ensayos, todas esas cosas que podrian sonar tediosas, y si eso no me agradaba tanto debí elegir ser estudiante en la escuela normal, esa a donde van los que quieren ser maestros. El problema con esta opción es que yo no queria ser una maestra cualquiera.

Igual no imagino haber escogido otra carrera, y todavía lo pienso, ¿Que mas podía aspirar a ser? ¿Abogada? ¿Doctora? ¿Enfermera? ¿Contadora? ¿ Bióloga?  ! Psicóloga! =) a veces creo que... ingeniera, pero volvemos a lo mismo, son matemáticas...

Mi no tan amada escuela
Creo que las matemáticas son divertidas, y ademas tengo la idea de que los maestros pueden cambiar el rumbo de nuestras vidas, quiero ser una gran maestra de matemáticas, alguien que de verdad enseñe matemáticas, con una formación enfocada mas en matemáticas que en educación; no digo que la educación sea un tema que se queda de lado, solo digo que, mi formación es matemática de verdad. Muy matemática, tan matemática que a veces me deprime no tener un cerebro mas inteligente.

Cada semestre las cosas se ponen mas difíciles, y me siento mas y mas 'tonta' por todas esas cosas que nomas no me entran en la cabeza, cuando me gustaban las matemáticas lo mas difícil que encontraba era la geometría analítica.

Me daría por vencida, seria capaz de abandonar los tres años que ya le dedique a esta carrera; pero no lo hago porque no tengo idea de a donde dirigirme.

Y bueno, estoy aquí, escribiendo porque no entiendo mi tarea de ecuaciones, mañana hay examen y no tengo idea de que hacer en el.